El yoga llegó a mi vida en el momento perfecto, como todo. Vivía en Madrid y llevaba una vida muy activa. Siempre había hecho mucho deporte y eso del yoga me parecía “demasiado suave”. Pero probé una clase y algo pasó. No sé bien qué, pero quería repetir. Volví. Y en cada clase, una parte de mí se disolvía. Se vaciaba. Salía ligera, viva. Y me daba cuenta de lo llena que estaba. Eso era, un “darse cuenta”. Sencillamente, sucedía. Después de dos años de práctica, sentía que necesitaba simplificarlo todo ¡tanto! Y tuve el coraje de hacerme caso. Dejé mi trabajo en marketing de moda y me volví, después de trece años, al pueblo donde nací. Se había despertado en mí una gran inquietud por encontrar mi propio camino, en lo simple.
Me formé en Hatha Yoga con mis maestros Glev Loginov y Savine Schalk en Tao Center, escuela reconocida por Yoga Alliance, y miembro de la Federación Internacional de Yoga I.Y.F. Desde 2011, practico y experimento yoga en mí misma asistiendo a diferentes clases, talleres y retiros. Kundalini yoga con Prem Singh, hatha yoga con Eva Garrido, ashtanga vinyasa yoga & flowarts con Luis Manuel Ruiz Monserrat y Emma Higashi, acroyoga con Lucas y María, yoga para niños y familias con Yoguitos, yoga para embarazadas con Sonia Casado, meditación vipassana, meditación antar mouna con Danilo Hernández, hatha integral y tantra nada yoga con Eva, Marta y Víctor de Aushadhi. Hatha yoga y la particular manera de vivir el yoga, secuenciar y ajustar de Mark Stephens. Masaje Thailandés o ‘yoga pasivo’ con Sonia Álvarez de la escuela Masternatura.
He practicado diversas técnicas de meditación en movimiento, como kundalini dance con Vanessa Benavides, los cinco ritmos de Gabrielle Roth con Helena Barquilla y Neda Nenadic, el tao de la danza con Teresa Rodríguez, cuerpo y voz con Laura Castiel, Isabel Liptay, Ina Rensch en baile en el aire, danza evolutiva con Beatriz Sánchez, deepdance con Carol Villalón, shakti dance con Cristina Font, danza performática con Aitana Cordero, danza Butoh con Motoya Kondo y Tiziana Longo en Motimaru Dance Company, con Tania Garrido y Paulina Almeida en Alma Negra, con Jonathan Martineau y su ‘arte de nacer’ y con Rosana Barra y Evelyn Piamonte en el FBI.
Así como otras vivencias que combinan el yoga y la danza con teatro-medicina, chamanismo-ritual, arte-terapia… Como el laboratorio de ‘liberación escénica’ de Río Muten, la aventura tribal ‘tiempo al tiempo’ de Víctor Orive. y el placentero viaje extrasensorial PULSO Artes Extáticas junto a Vanesa Peña y David Cobo.
He cursado dos años de formación en TCI «Terapia Corporal Integrativa», creada y dirigida por Antonio Pacheco.
Mi búsqueda a través del cuerpo es un camino espiritual. Es desaparecer en mi práctica. Para sólo ser. Es romper con los patrones marcados, con las conductas definidas, es vaciarme de todo y crear mi vida a cada instante, sin peso, ligera, libre, confiada, en calma. Sabiendo que todo está bien tal cual es. Es respirar. Observar. Sentir. Encontrar la quietud en el movimiento y el movimiento en la quietud. Y dar lo mejor de mí en cada “aquí y ahora”. Ya está. ¡No hay que tocarse los dedos de los pies ni nada de eso!
Ahora, comparto mi práctica con mis alumnos, pero no saben que mis maestros son ellos. Cada clase es única, y todas son un regalo. Practicamos pranayamas (ejercicios de respiración), asanas (posturas físicas), secuencias dinámicas (yoga en movimiento), meditación (antar mouna, tantra yoga, nada yoga, danza natural, danza butoh), y relajación (yoga nidra). Y todas estas herramientas, combinadas con la TCI, están dando forma a una nueva forma de vivenciar el yoga, a la que llamo Yoga Integrativo.
Siempre animo a mis alumnos a experimentar la práctica de una manera muy personal. Les digo que no se crean nada de lo que yo les digo hasta que no lo comprueben con total presencia. Que su verdad es la única. Yo les comparto mi verdad. Y ellos que hagan lo que quieran.
Lo mejor que te va a pasar en la vida es ‘re’conocer a tu maestro interior.
Hari Om Tat Sat.
Mi Facebook personal: Lena Lö
El verdadero yoga no trata de la forma de tu cuerpo, sino de la forma de tu vida. El yoga no se realiza, se vive. Al yoga no le importa qué has sido; le importa la persona en la que te estás convirtiendo. -Aadil Palkhivala